Han pasado cinco años de crisis económica y hoy el mercado de la
vivienda en España tiene ya muy poco que ver con el que existía
entonces. Estalló la burbuja inmobiliaria y desde 2008 las casas
acumulan una depreciación que supera en algunos casos el 40%, pero,
aunque parezca increíble, todos los expertos consultados apuntan que el
ajuste definitivo es el que viene ahora. ¿Por qué?
Primero y fundamental porque la crisis continúa, en apariencia, con
toda su crudeza, ya que aún se destruye empleo y el crédito sigue sin
fluir a empresas y familias. Segundo y también crucial porque por
primera vez parece existir consenso absoluto en la necesidad de cambiar
las políticas de vivienda y muchas de las reformas puestas en marcha
ahora comenzarán a dar sus frutos a lo largo de los próximos meses.
Entre esas iniciativas se encuentra, por ejemplo, en lugar destacado el
papel que está llamado a desempeñar en el mercado el banco malo
o Sareb. De cómo sea su política de precios dependerá, en opinión de
algunos analistas, que el ajuste que resta por producir sea más o menos
acelerado.
Mientras tanto, los datos publicados esta mañana por el Instituto
Nacional de Estadística (INE) dejan entrever buena parte de lo que se
avecina. El número de viviendas vendidas durante el mes de marzo
ascendió a 22.086, lo que representa un descenso del 37,8% sobre febrero
y un 12,6% respecto al mismo mes del año pasado y regresar a los
mínimos históricos alcanzados en 2009 y 2011, justo en los momentos en
los que más se recrudeció la recesión. Como el INE contabiliza las
compraventas de vivienda según los datos que le facilitan los
registradores de la propiedad, sus cifras de marzo suelen tener un
ligero sesgo temporal que conviene tener en cuenta a la hora de valorar
las causas de un descenso de esta magnitud.
De hecho, esta cifra de compraventas de marzo probablemente ya se
refiera, prácticamente en su totalidad, a transacciones efectuadas en
enero y febrero, una vez desaparecida la deducción fiscal por compra de
casa para los nuevos propietarios.
Empleo y financiación
Uno de los primeros servicios de estudios en reaccionar a estos
números fue BBVA Research, que en una nota vaticinó que las ventas de
viviendas se mantendrán durante los próximos meses en los “niveles
mínimos” que se registraron el pasado año antes de que el efecto fiscal
de la eliminación de la deducción por compra y la subida del IVA en la
vivienda nueva desde enero 2013 hiciera repuntar levemente estas
operaciones en los últimos meses del año.
La entidad presidida por Francisco González justifica esta previsión
en la inexistencia de indicios de recuperación de los fundamentales
asociados a la demanda de inmuebles. Es más, la entidad financiera
señala que “el comportamiento de este mes de marzo no ha sido muy
distinto al del mismo mes de 2011, cuando los datos también estaban
influidos por la desaparición del efecto del cambio fiscal que entró en
vigor en enero de ese mismo año”.
No obstante, añade que “en 2013 el deterioro intermensual ha sido
mayor que hace dos años, quizás porque en esta ocasión la reacción de la
demanda se ha concentrado más al final del año”. Por su parte, Manuel
Gandarias, director del Gabinete de estudios de Pisos.com,
explica que el descenso real en las transacciones correspondientes al
2013 empieza ahora a ser patente y se prolongará a lo largo de este año y
siguientes si el desempleo sigue creciendo y el crédito estancado.
“Parece claro que el Gobierno no va a hacer nada de momento para
impulsar la compra, dado que todos los pasos que se han dado hasta ahora
han ido dirigidos a aliviar el stock de las entidades y a colocar el
alquiler como principal alternativa. Todavía falta liquidez en el
sistema bancario, algo esencial para impulsar la concesión de préstamos y
motivar la confianza”, aseguran desde este portal inmobiliario.
Precisamente al hablar de las medidas que ha acometido el Gobierno,
desde el colectivo de los aparejadores coinciden en destacar que a corto
y medio plazo será interesante ver hasta qué punto modifican el mercado
algunas de las reformas en curso.
Entre ellas, destacan los efectos que tendrán el nuevo plan de
vivienda, recientemente aprobado, la futura ley de rehabilitación, en
trámite parlamentario, la inminente certificación energética de
edificios, que entrará en vigor el próximo 1 de junio o la próxima ley
de servicios profesionales que establecerá qué titulados estarán
obligados a colegiarse y quiénes no.
Los expertos se preguntan cómo encajará la sociedad española el paso
de una cultura eminentemente vinculada a la propiedad con otra más
centrada en el alquiler (el nuevo plan de vivienda ya no concederá
ayudas a la promoción de VPO en régimen de compra) o si de verdad
tendrán impacto los incentivos a la rehabilitación si no está fluyendo
la financiación.
Fuente de la información:
http://cincodias.com/cincodias/2013/05/13/economia/1368455111_241875.html
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